Pobreza con nombre y apellido
Por María José Campo
La “Vero” personifica el mayor punto de dolor de Argentina. La he conocido en este tiempo y quiero traerla a este ámbito para que todo lo que vamos a discutir, se vuelva humano.
No quiero describir la pobreza, quiero que se sienta. No quiero hablar de porcentajes y cifras, sino que la vean. Quizás sea este el punto de partida para intentar una solución.
La “Vero” es una de los tantos argentinos invisibles en nuestra sociedad.
No tiene una casa digna, no tiene servicios básicos, vive en un asentamiento en la ciudad de Córdoba, no se alimenta bien, no tiene dientes, no fue a la escuela, escribe y habla muy mal, tiene 2 hijos, quiere que su hijo vaya a la escuela pero aún con todos los esfuerzos que hicimos para que entre a un Ipem, no lo puede sostener.
Porque no
accede fácilmente al sistema de transporte (si llueve un poco ni siquiera puede
salir de su casa), porque se expone a la inseguridad…no tiene trabajo más que
el carro de cartonero de su papá y una AUH.
Sólo tiene su
celular, su hijo también tiene uno. El celular es su ancla, la única manera que
encuentran para no quedar completamente fuera del sistema que no los ve, ni los
siente.
¿Cómo pueden en estas condiciones ir a la escuela, estar aseados o conseguir trabajo? El sistema entero conspira para dejarla afuera.
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