Las ONGs y sus puntos de dolor
Por Damián
Martínez
Desde el 2001 han aumentado las Organizaciones No Gubernamentales (ONG). En efecto, según el Centro Nacional de Organizaciones de la Comunidad (CENOC) hoy existen 25.969 registradas y más de 100.000 en informalidad.
En Córdoba,
hay más de 15.000 ONG registradas y hasta 60.000 sin registrar, algunas por la
burocracia y otras, porque la realidad es avasalladora cuando se trata de
necesidades básicas insatisfechas. Así, la luz de esperanza está en el compromiso de la sociedad civil por resolver aquello que los gobiernos
no resuelven.
Sabemos que
la sociedad civil organizada tiene una fuerza imparable, también que los
cambios se generan desde abajo hacia arriba. El
principio de subsidiariedad se da por ejemplo cuando los fines (salud,
educación, etc.) no pueden ser satisfechos por el ciudadano, ni por la familia,
ni por las organizaciones sociales, el gobierno debe ir en su auxilio. En este orden consiste el principio de subsidiaridad del Estado.
Como vemos a
diario, también subsidiariamente, los enfermos o necesitados reciben “la
contribución de los individuos, de las familias, de las asociaciones, de las
empresas, de todos los cuerpos intermedios y también de las Iglesias esto es
decisivo, revitaliza y refuerza el cuerpo social. Es decir, hay una
colaboración de arriba hacia abajo, del Estado central al pueblo y de abajo
hacia arriba: del ciudadano, de las asociaciones populares y entidades
intermedias. Y esto es precisamente el ejercicio (pleno) del principio de
subsidiariedad”.
En concreto
lo que desde Civilitas se ha dado en llamar los “puntos
de dolor de la argentina”, luego de un trabajo de investigación realizado
en estos meses expondremos los más significativos que enfrentan las ONG en nuestro
país.
En las mencionadas instituciones
hay varios puntos de dolor como falta de voluntarios, formalización y registración adecuada de las instituciones pero el principal
observado y que abordaré (sólo mencionarlo como solicita la consigna) es todo
lo relacionado con el “financiamiento”, esto es acceso a préstamos,cargas sociales altísimas, impuestos en servicios, en sellados, IVA, la obtención de recursos y su
optimización, etc.
En distintas
comunicaciones y reuniones con distintos referentes de estas organizaciones el
mayor problema es lo relacionado al pago de altos impuestos y cargas sociales,
imposibilidad de acceder a préstamos con tasas acordes o diferenciadas, la exención del IVA por parte de la AFIP, y por supuesto, acentuándose más en épocas
de crisis la obtención de recursos y de cómo optimizarlos.
Para finalizar el Papa dice que “el principio de subsidiariedad permite a cada uno asumir el propio rol para el cuidado y el destino de la sociedad. Aplicar el principio de subsidiariedad da esperanza en un futuro más sano y justo; y este futuro lo construimos juntos, aspirando a las cosas más grandes, ampliando nuestros horizontes...”.
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